domingo, 28 de febrero de 2016

Nervios, té y tabaco.

Todo lo que anhelo decir lo reflejo en esta taza.

Interminables tazas de té nocturno,
calurosas caladas de un cancerígeno amigo.
Constantes llamadas a las musas, a la inspiración,
a ti, y a tu olor, a tu cuerpo y tu pasión.

¿Por qué cuando río solo canto y cuando lloro solo escribo?
¿Por qué cuando alumbra la luna es todo más bonito?

Los ángeles se pierden en la noche,
buscando refugio para mis susurros
que tiritan como en un lago frío
a la espera de unos versos que los apacigüen.

-¿Quién vendrá ahora, Afrodita?
¿A quién usarás ahora para reírte de mi?

Uñas escamadas, corazón arrítmico,
piel rota, manos tentadoras..
Una mordida de labio o un simple beso.

Cuando dos tiran de una cuerda al menos uno se acaba cayendo.

Abrazos llenos, sueños vacíos,
promesas más rotas, el gemido de un niño.
Recuerdos infames haciendo eco en el olvido.