Nunca imaginé que llegara a pasar algo así. Cuando uno patina de repente se cae y en el suelo se queda hasta que se levanta por inercia, con ese sentido del azar. Cuando ella llegó, fue levantarme y luego caerme una y otra y otra y otra vez, hasta que se decidió que ya no volvería a pasar, que no nos volveríamos a separar. Hasta que llegó ella.. y luego te fuiste y te perdí... No quisiste creerme, yo nunca lo haría pero... después de tantos años.. preferir la palabra de "la gente" a la mia? Sigo sin terminar de comprender cómo todo pudo acabar así.
Tantos años, tantos sueños, tantas cosas en común, tantos proyectos inacabados... Tú eras mi sueño y te dejé marchar.
Sé que me recuerdas, según tú lo que extrañas de mi es ese "recuerdo".
No te olvidaba, no paraba de insistir una y otra vez intentando recuperarte. Tú que eras mi mejor amiga, mi hermana, alguien singular, alguien a quien contarle totalmente todo, alguien a quien escribirle carta en cada clase para darnoslas en el descanso, leerlas en clase y escribir más.. Pasar horas y horas y más horas por teléfono, hasta que se nos cerraran los ojos.
Y justo al tiempo de que, pasara completamente de ti, que ya era consciente de que no volverías... Vas y me escribes una entrada a tu blog puteandome, deseandome la muerte, acusandome de cosas que no son ciertas... Me decepcionaste TANTO que no me has vuelto a importar.
Y, si escribo esto, es porque lo empecé a escribir hace meses y ahora, creo que llegó el momento de concluir este tedioso texto acerca de lo que fue o pudo parecer, nuestra amistad que, a pesar de todo, ha sido la amistad más importante y que más me ha llenado de todas las que he encontrado hasta la fecha.
Y este, es mi adiós para siempre para ti, pequeña Raquel, bastante más cordial y real que él que tú escribiste. A partir de ahora, el 16 de septiembre, se lo llevará el aire.
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